Mickey Rourke se ha convertido en uno de los actores de la temporada tras su gran éxito por su interpretación en la película “The wrestler”, que a su vez le ha permitido volver a lo más alto de su carrera. Hoy, elpais.com publica una reseña en la que señala que “sus problemas nunca fueron las drogas y el alcohol, sino la sobredosis de rabia que corría por sus venas desde su adolescencia. `Cambiar no ha sido nada fácil para mí. Siempre consideré a los que cambian gente débil. Yo era un hombre demasiado orgulloso para cambiar, pero llegó un momento en que entendí que ése era el único camino´ Su padre le abandonó siendo un niño. Su madre volvió a casarse, pero su padre adoptivo le maltrató durante una década que él definió como "un continuo Halloween". Quizás por eso aprendió boxeo, para no tener que volver a sufrir abusos físicos. No obstante, su carrera como deportista viró hacia la interpretación y en los ochenta comenzó a labrarse un nombre con películas como Diner o Rumble Fish. `No es un tipo difícil, es simplemente revoltoso, malo. Él admira a las estrellas de rock, no a las estrellas de cine. No se identifica con Harrison Ford. Quiere ser David Bowie´, dijo de él hace años Alan Parker, quien le dirigió en `El corazón del ángel´.
Se tatuó el símbolo del grupo terrorista IRA e incluso llegó a donarle parte de sus ingresos, mientras su fama de machote comenzaba a hacer estragos en su carrera. Fue arrestado por abusar físicamente de su segunda esposa, Carré Otis. Y en medio de esa furia vital decidió convertir el boxeo en profesión. Destrozó su rostro, su físico y su salud mental. Lleva casi una década en terapia. Y tras la oportunidad de redimirse como actor que le ofreció Sin City, de Robert Rodríguez, este año The Wrestler sella su regreso y podría catapultarle hacia los Oscar.”
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1 comentario:
yo creo que será la star del pasado que los premios rescatan, tipo John Travolta con Pulp Fiction, pero no creo que la cosa vaya más alla de The wrestler.
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