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Quieren hacer muchos cambios. En primer lugar, hacen toda una declaración de principios: "Desechamos el habitual monólogo inicial, un sinfín de piezas proyectadas sin valor alguno o humorísticos speechs de algunos presentadores. Lo único que estamos obligados a hacer es dar los premios en el escenario. Pero hay muchas maneras de hacer eso", cuentan. Ya dijimos en anteriores posts que el propio Hugh Jackman se había negado a hacer una intro humorística, puesto que él se considera actor y no cómico. En su lugar, muy probablemente habrá un espectáculo musical con baile incluido del propio Jackman.
También defienden su idea de no desvelar el nombre de los presentadores puesto que ellos aseguran que eso no dan más audiencia y lo que sí conseguirá es aumentar las expectativas en torno a la ceremonia. Quizá el punto más conflictivo es cuando señalan que, a raíz de esto, los ganadores del año pasado no necesariamente presentarán los Oscar de este año. Esto es algo que se venía haciendo en las categorías de interpretación, en las que el actor ganador del Oscar el año anterior entregaba el de mejor actriz en éste, por ejemplo. Esto significa que no necesariamente Javier Bardem presentará la categoría de mejor actriz secundaria, o lo mismo podríamos decir de Daniel Day - Lewis, Marion Cotillard o Tilda Swinton.
Por lo demás, ellos quieren hacer una fiesta, no una ceremonia. Y como en toda fiesta, no faltará Jack Nicholson. Los fans de los Oscar no han reaccionado con gran agrado a estos cambios, aunque se les deja el margen de la duda para ver, quizá, si son capaces de contentarnos y sorprendernos el próximo 22 de febrero.